“María Fernanda sale a estructurar un mundo nocturno, un entorno muy personal en el que evoca un silencio en azules y grises, y el despojo de prejuicios anunciados en su obra Alimaña.
En su búsqueda se vuelca a la naturaleza y al cemento donde encontramos gatos, zorros, zarigüeyas y más; recurre a la pintura, al grabado y la escultura como recurso de representación. Muestra habilidad en el manejo del dibujo y acrílico en armonías de azules que inducen a oscuridad, un mundo que despierta y sobrevive según sus reglas”.
Msc. V. Adrián Ramírez Lavid
Home (2017)
Acrílico sobre lienzo
15 x 25 cm
En colección privada
Sin título (2017)
Acrílico sobre lienzo
100 x 150 cm
En colección privada
Sin título (2016)
Acrílico sobre lienzo
100 x 100 cm
En colección privada
Artista y animal se identifican en la huida de un mundo antropocéntrico y diurno. La huida del mundo, siguiendo a Schopenhauer, ha de hacerse a través de tres vías: la contemplación estética como acto desinteresado, la práctica de la compasión, y la autonegación del yo.